Bienvenidos

by - mayo 17, 2020

Os quería dar la bienvenida a este nuevo rincón. Ahora mismo está todo vacío, pero espero ir llenándolo poco a poco. 


Toda la información que comparta se basará en mi opinión, es decir, puede que no estéis de acuerdo con algunas de las cosas que diga o incluso podéis no estar de acuerdo con nada de lo que diga. Mi único propósito aquí es mostrar lo que he aprendido a lo largo de los años y lo que voy aprendiendo nuevo día a día.

Espero que, si llegas hasta este rincón con una duda, salgas de él sabiendo la respuesta.

Al igual que daros la bienvenida, también quería explicaros el nombre del blog y con ello pues os vais de aquí con algo nuevo aprendido. Wabi-Sabi es una palabra de origen japones que según Wikipedia describe un tipo de visión estética basada en «la belleza de la imperfección. 

Muchos nos pasamos los días queriendo ser y estar perfectos y muchas veces nos olvidamos de lo bonito de ser imperfectos. De lo que aprendes al equivocarte, de las risas que te echas con tus amigos al recordar cagadas históricas o de lo linda que estas con ese moño despeinado.

Esta nueva palabra que os acabo de descubrir tiene otra magnífica enseñanza. Ambos conceptos, wabi y sabi, sugieren sentimientos de desconsuelo y soledad. Según la perspectiva budista Mahāyāna, estas son características positivas, al representar la liberación del mundo material y la trascendencia hacia una vida más sencilla.  Cuando leí la parte de soledad pensé “Jo que triste lo de estar solo” pero al seguir leyendo lo de la liberación del mundo, me encantó porque tiene razón. 

Tenemos tan asumido que la palabra soledad es negativa, cuando es el momento perfecto para conectar con nosotros mismos hacer lo que realmente nos gusta, momento para aprender, para divertirnos, para conocernos. Ese momento leyendo un libro, o en el sofá viendo la serie que nos gusta, jugando a un videojuego, pintando, tocando la guitarra, cocinando, cosiendo, no sé, lo que te guste. Aprovecha ese momento de soledad que tienes ahora para ti, porque nunca sabes cuando llegará el día en el que tus estudios, el trabajo, tu familia, o tu mismo, te impidan tenerlo.

Gracias

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